Por la tarde me encontraba algo mejor así que decidí acompañar a Miquel, el otro voluntario que está colaborando con la fundación estos días; Julián, el profesor del taller de carpintería que se realiza en Villa Elisa y Santiago Sosa, auxiliar administrativo de la fundación, a comprar una máquina que necesitan para el taller de carpintería. Fue mas largo el trayecto hasta el lugar que la visita en sí misma, pero tuve la oportunidad de conocer un poco más del mundillo de los carpinteros. El lugar que visitamos era un garaje en el que el propietario almacenaba maquinaria antigua que quería vender. Éste era su aspecto.
El día dio para poco más, al regresar a casa avancé la lectura de mi libro, cené y me fui a dormir para recuperar fuerzas para el día siguiente. Guarambaré me esperaba.
El viernes volví a las andadas y lo hice con fuerza. Regresé a uno de los proyectos en los que había estado colaborando el año pasado, el Centro de Atención a la Comunidad (CAC) de Guarambaré, concretamente el Proyecto de Primera Infancia (PPI). La verdad es que tenía muchas ganas de volver y me hacía mucha ilusión volver a ver a los niños, tenía la curiosidad de saber si se acordarían de mí.
Además, sabía que han habido muchos cambios a lo largo de todo este año y estaba intrigado por ver como habían quedado las nuevas instalaciones. Para todo aquel que no lo sepa, hace unos meses se inauguraron las nuevas instalaciones en las que se imparten las clases del proyecto en Guarambaré, una casa mucho más grande que las 2 o 3 aulas de las que disponían tantos los niños como los profesores y coordinadores el año pasado.
Al llegar y bajar del coche fue lo primero que vi. Es increíble el cambio que ha hecho la escuelas con este nuevo edificio. Dentro de la nueva casa encontramos 3 aulas, un despacho pequeñito para las coordinadoras y profesoras, una cocina y un "salón" en el que se realizan las comidas del día (desayuno, comida y merienda) y algunas otras actividades en grupo. Os dejo algunas fotos para que veáis el resultado.

El día dio para poco más, al regresar a casa avancé la lectura de mi libro, cené y me fui a dormir para recuperar fuerzas para el día siguiente. Guarambaré me esperaba.
El viernes volví a las andadas y lo hice con fuerza. Regresé a uno de los proyectos en los que había estado colaborando el año pasado, el Centro de Atención a la Comunidad (CAC) de Guarambaré, concretamente el Proyecto de Primera Infancia (PPI). La verdad es que tenía muchas ganas de volver y me hacía mucha ilusión volver a ver a los niños, tenía la curiosidad de saber si se acordarían de mí.
Además, sabía que han habido muchos cambios a lo largo de todo este año y estaba intrigado por ver como habían quedado las nuevas instalaciones. Para todo aquel que no lo sepa, hace unos meses se inauguraron las nuevas instalaciones en las que se imparten las clases del proyecto en Guarambaré, una casa mucho más grande que las 2 o 3 aulas de las que disponían tantos los niños como los profesores y coordinadores el año pasado.
Al llegar y bajar del coche fue lo primero que vi. Es increíble el cambio que ha hecho la escuelas con este nuevo edificio. Dentro de la nueva casa encontramos 3 aulas, un despacho pequeñito para las coordinadoras y profesoras, una cocina y un "salón" en el que se realizan las comidas del día (desayuno, comida y merienda) y algunas otras actividades en grupo. Os dejo algunas fotos para que veáis el resultado.
La verdad es que estas instalaciones son mucho mejores que las del año pasado y eso sin duda repercutirá en la calidad de la educación de estos niños, cosas que me hace muy feliz como miembro de esta fundación.
Al llegar allá lo que me hizo mucha ilusión fue ver que uno de los niños del año pasado aun se acordaba de mi: Carlitos :D Al verme llegar vino corriendo hacia mi y me abrazo. No hay cosa que valga más la pena que ver a estos niños sonreir. Siempre he pensado que son unos niños muy cariñosos y que, pese a los pocos recursos que tienen, valoran mucho más lo poco que tienen y son felices tal y como son, como he dicho anteriormente, tenemos mucho que aprender.
(Carlitos)
Sin embargo a lo largo de la jornada no pude dedicarme a estar con los niños porque era día de... ¡INVENTARIO! Sí, sí habéis leído bien. Nunca había hecho un inventario y cuando me lo propuso Patricia Escobar dije que sí. Ya había firmado mi sentencia.
Se conoce que hacer un inventario significa: Tener una lista con TODOS los libros, material escolar, material de oficina, material de la cocina y material sanitario de la escuela, sacar todas las cosas de su sitio para verificar que están en su sitio y , finalmente, volver a ponerlas en su sitio. Fue una nueva experiencia y fue divertida durante las tres primeras horas, luego la verdad es que se hace un poco pesado pero así ayudé a acabar la tarea antes.
En resumen, fue un día muy bonito y emotivo en el que me reencontré con el proyecto en el que inicié mi experiencia como voluntario en Paraguay. Además de poder volver a ver a los niños aprendí a hacer un inventario y ayudé en lo que pude a las profesoras de Guarambaré.
Al acabar el día me fui a casa, me duché y me cambié para ir a cenar con unos amigos de mi padre que tienen un hijo de mi edad y querían presentarmelo. El padre se llama Hugo Rodriguez Alcalá y su hijo se llama Mauricio. A la cena me acompañó un amigo común de mi padre y los Rodriguez Alcalá, Mark Shakespeare. La noche fue de lo más interesante ya que los tres eran personas muy interesantes con las que conversamos de muchos de los temas de la actualidad.
Seguiré informando,
David.
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