Como bien dije en la introducción de mi blog, yo nací en Paraguay y fui adoptado al nacer por mis padres Jordi y Rita. Pero como sabréis, los trámites de una adopción son algo lentos y, por lo tanto, desde que se empezaron hasta que se finalizaron, yo estuve viviendo aquí en Paraguay bajo el cuidado de Susana Romero (Susi) y su familia, a quienes tanto mi familia como yo estaremos siempre agradecidos no sólo por acogerme durante ese periodo de tiempo sino por ser unas magníficas personas. Podríamos decir que ella es como mi segunda mamá :) Dentro de su familia cabe destacar también a su hermana Lilita, una persona maravillosa también que pasó a ser mi madrina. Sé que esto es irse un poco del tema pero aprovecho que seguramente leerá este blog para darle las gracias por todos los buenos consejos que siempre me ha dado y por todo lo que me ha ayudado en todos estos años.
El hecho es que, debido a esta relación tan próxima que mantenemos pese a la distancia que nos separa, siempre que venimos a Paraguay o que ellos vienen a Barcelona, es obligatorio quedar para ir a comer o cenar algún día.
Bien, pues después de dos días bastante intensos por Villa Elisa, hoy me tocaba un día de oficina para, entre otras cosas, escribir el blog, descansar o dedicar tiempo a mis cosas. Sabiendo que disponía de un día libre, le dije a Lilita que hoy era un buen día para ir a comer juntos a su casa. Normalmente, cuando organizamos estas comidas, también suele acompañarnos Alex Loza, el director de la fundación Alda, así que este mediodía, después de una mañana que ha comenzado a las 10:30 para mí debido al cansancio acumulado en estos últimos días, Alex ha pasado a buscarme a las oficinas en las que estamos viviendo para ir a comer a casa de Llilita.
He tenido 2 horas desde que me he levantado hasta que ha venido Alex para ducharme, vestirme, desayunar y ordenar un poco mi habitación. Sí, es mucho tiempo para hacer pocas cosas pero es que el ritmo de mi actividad esta mañana ha sido más bien bajo.
Hemos llegado a casa de Lilita hacia las 13:00 horas y allí nos estaba esperando. Al entrar hemos estado hablando un rato antes de sentarnos a comer y nos ha ofrecido un zumo d naranja buenísimo y unas almendras con sal muy parecidas a estas de la foto:
Después de este pequeño aperitivo hemos pasado al comedor en el que, tanto Alex como yo, estábamos deseando saber com que exquisito manjar se nos iba a deleitar esta vez porque, como supongo que pocos de los que leéis este blog habréis tenido el placer de ir a comer algún día a casa de Lilita, os informo de que SIEMPRE se come de maravilla. Hoy hemos comido de primero una pequeña ensalada que llevaba lechuga, tomates cortaditos a trozos y un huevo duro, y de segundo una carne buenísima con arroz y una salsa que no sé que llevaba pero también estaba deliciosa (he de confesar que he repetido una vez).
Ha sido una comida muy buena e interesante en la que hemos estado hablando de muchas cosas, pero como hoy no disponíamos de mucho tiempo y además Susi no estaba presente, hemos decidido organizar otra comida en su casa la semana que viene.
(Lilita y yo)
Por la tarde en un principio no tenía nada que hacer así que me he dedicado a escribir el blog del día de ayer. Al acabar han llegado a casa Miquel y Martha Saavedra, de quienes ya os he hablado anteriormente. Han llegado algo apresurados porque tenían que ir a algún lugar. Les he preguntado donde iban a ir y Martha me ha dicho que iban a una misa... "Especial" y me han invitado a ir con ellos. Yo al principio no sabía que pensar porque no acababa de entender el término "especial" aplicado a una misa, pero he aceptado la oferta.
Luego me han explicado que se trataba de una misa de sanación que tenía lugar en la iglésia Virgen de Fátima. La verdad es que nunca había asistido a una de estas misas pero, después de la experiencia de hoy, puedo decir que he salido de allí con muy buenas sensaciones, me ha gustado mucho y ahora explicaré el porqué.
Acostumbrado a ir a misas católicas "normales" en Barcelona, me he dado cuenta de que el ambiente que se respira es muy diferente en este tipo de ceremonias religiosas. Aquí la gente experimenta algo distinto: oran, se concentran y cantan con un entusiasmo que no he visto nunca en las misas a las que voy. Me he dado cuenta de que la música es sin duda un factor determinante en estas misas. El hecho de disponer de una banda de música que estaba formada por guitarras, bongos y algún instrumento más que no he alcanzado a ver ya que estábamos sentado un poco hacia atrás, hace que la misa sea mucho más dinámica. También me ha llamado mucho la atención el hecho de que la iglesia estuviese llena, pero no llena de "casi llena", no, llena a rebosar e incluso había cola a los alrededores de la misma para poder entrar. Pero no sólo eso era llamativo sino que también lo era el hecho de que la mayoría de persona que llenaban la iglesia eran personas jóvenes. Esto me ha hecho pensar mucho ya que pocas veces en España se ven misas llenas y aún menos de gente joven así que, tal vez estemos haciendo algo mal.
Creo que los valores que transmite la iglesia católica son fundamentales para muchos jóvenes de hoy en día así que valoro muy positivamente la misa a la que he asistido porque transmite esos valores a mucha gente joven de Paraguay.
En estas misas de sanación se manifiesta que Jesús está vivo en su iglesia, que el Espíritu Santo actúa con todo su poder y que Jesús vino a liberar a su pueblo del pecado y sus consecuencias: la enfermedad y la muerte. La misa consta de tres partes: la oración del Rosario, la misa en sí y por último la sanación. Si asistes a las tres partes enteras puedes estar unas 4 horas en la iglesia. Nosotros hemos llegado allá antes del comienzo de la misa y hasta el final de la sanación, pero realmente se me ha pasado el tiempo volando. No se ha hecho tan pesada como algunas de las que se celebran aquí en España.
Se hace mucho hincapié en buscar la paz interior, en fomentar el amor entre todos. Se respira un ambiente de amistad, de felicidad, de respeto, integración, aceptación tanto de uno mismo como de los que nos rodean... Croe que si tuviera que resumir mis sensaciones en esta misa escogería: amor y respeto. Me ha gustado mucho ver la entrega de la gente hacia este acto religioso y sobretodo el buen ambiente con el que lo hacían. Demuestra que este país aunque no tenga muchas cosas sigue teniendo unos valores muy necesarios hoy en día.
Al final de la misa nos ha tocado el turno de la sanación. Se forman grupos de 3 entre los ayudantes de la iglésia que, uno a uno, van hablando con todo aquel que quiera ser sanado. Cuando llegas allá te pregunta como te llamas, si es la primera vez que asistes a uno de estos actos y si hay algún tema sobre el que quieras orar en especial. Yo les he dicho que era mi primera vez y que al ser de Barcelona y estar lejos de mi familia y amigos quería orar por ellos para que estuvieran bien. De este modo, han empezado a orar por ellos mientras una de ellas me agarraba de las manos, otro se colocaba a mi espalda (ya que en algunos casos la gente se desmaya) y otra chica colocaba su mano en mi frente. Este ritual dura varios minutos y la verdad es que relaja mucho y llegas a sentirte algo mareado en algún momento. Puede ser por el hecho de tener los ojos cerrados ya que esto hace que pierdas un poco el equilibrio o por tener a alguien que coloca su mano en tu frente y poco a poco vas cayendo un poco hacia atrás pero, dejando ese debate aparte, tengo que decir que me ha servido para desconectar de mí, de algunas de mis preocupaciones y para dedicar un poco de tiempo a la religión que siempre está bien. Para más información sobre este tipo de misas: http://es.wikipedia.org/wiki/Renovación_Carismática_Católica
Pensaba que sería peor de lo que me imaginé en un principio. Una experiencia muy buena de la que sin duda he aprendido mucho y de la que me llevo muy buenas sensaciones. Después de la misa hemos ido a cenar con Miquel y Martha y al acabar hemos regresado a casa
Mañana de nuevo Villa Elisa. Ya os contaré.
David.
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