sábado, 28 de julio de 2012

Día 24: Una bonita y completa despedida

Llegó mi último Viernes en el Proyecto de Villa Elisa y tocaba la parte más difícil, despedirse de los niños hasta el año que viene. Es increíble el cariño que se les puede llegar a coger en tan solo unas semanas. Lo que más fascina de ellos es sin duda lo cariñosos y afectivos que pueden llegar a ser. Desde el primer día que llegué a Villa Elisa, todos querían jugar conmigo y venían abrazarme. Es cierto que algunos de ellos me conocían del año pasado pero inclusos los que no había visto nunca, en apenas 2 días ya parecía que me conocieran de toda la vida.

Yo creo que es lo que más "llena" a uno cuando viene a trabajar de voluntario a esta fundación. Supongo que la sensación aumenta si te gustan los niños pero creo que nadie podría resistirse con lo monos que son. Personalmente, se me hace muy difícil no volver a verles hasta dentro de un año (porque pienso volver el verano que viene sí o sí). Porque hay que comprender que para ellos tal vez sea difícil de asimilar que no me van a volver a ver el próximo Lunes y muchas veces me dicen: "Nos vemos el Lunes David" haciendo más difícil aun la despedida.

Así que empecé el día con muchas ganas de aprovecharlo al máximo para poder disfrutar de todos y cada uno de los minutos que me quedaban con ellos. Como siempre, estuve con los más pequeñitos haciendo actividades que, para los que hayáis ido siguiendo el blog os resultarán muy familiares ya. En primer lugar jugaron con plastelina, a continuación, Maggie les enseño los colores y la novedad del día vino con la sesión de baile que organizaron en la que tanto los niños como las profesoras, e incluso Paula, bailaron las canciones infantiles que siempre escuchan los niños. Después vino la hora del recreo y allí, como siempre, me hicieron correr por todas partes, se me subieron a caballito, les tuve que hacer de tren, hacerles volar... ¡De todo! Pero es sin duda el mejor momento del día porque puedes divertirte jugando con ellos.

(Los niños jugando con plastelina)



(Ricardo con su antifaz)

(Maggie enseñándoles el color naranja)

(Os presento a los dos gemelos más monos de Villa Elisa con Paula en la hora del recreo)

 A la vuelta del recreo, como las profesoras habían comentado a los niños que era mi último día en el centro, los niños me cantaron su canción preferida, la de los patitos. Aunque el momento más bonito vino a continuación, cuando entre todos me dieron una pancarta de regalo en la que pone: "Gracias David por jugar y compartir con nosotros!! Te queremos muchooo, los niños de PPI Villa Elisa".



(La canción de los patitos)


(Los niños entregándome el regalito)

Después de estos pequeños detalles que sin duda consiguieron emocionarme, como siempre, siguieron las actividades en PPI. En primer lugar se hizo una actividad más física en la que los peques tenían que gatear por encima de unos aros de goma que habían preparado las profesora y, en segundo lugar, se pasó a escuchar un CD con diferentes tipos de sonidos: de animales, de vehículos, de bocinas... La cuestión era ver si los niños sabían reconocerlos.


(Escuchando los sonidos del CD)

Yo no pude acabar de pasar la mañana con ellos porque ayer era el día e que tenía que cocinar para unas 16 personas (creo que fuimos menos al final). La verdad es que estaba un poco nervioso porque nunca había cocinado para tantas personas y sobretodo con el tema de las porciones por cabeza soy un poco desastre, pero creo que al final con la ayuda de Miquel y Javi la cosa no salió del todo mal. Preparé mi plato especialidad de la casa: ensalada de pasta con tomates y atún cortados a trozos, aceite de oliva y un poco de albahaca por encima. A parte de la pasta, Javi y Miquel prepararon unas milanesas para acompañarlo y creo que al final todo quedó muy bueno. Además contamos con uno de los postres de Paula, un pastel con galletitas por dentro, dulce de leche y encima unas oreo. Buenísimo.


(Equipo Alda en Villa Elisa durante la comida)
*Perdonad la calidad de la foto pero es que pusimos el temporizador y no quedó muy bien


(Fotos de la comida)

(Fotos de la comida)

Por la tarde, fuimos a una chocolatada con los niños del centro. En realidad el motivo de la chocolatada no es que fuera demasiado alegre, se trata de una costumbre Paraguaya que se lleva a cabo después de la pérdida de algún hijo. Desgraciadamente, la calidad del sistema sanitario brilla por su ausencia y eso provocó hace unas semanas el fallecimiento de uno de los niños del centro. Su madre organizó la chocolatada ayer en su casa y nosotros fuimos con todos los niños del centro.

(Dirigiéndonos a la chocolatada)

Por si todo esto fuera poco, ayer por fin conseguimos jugar un partido de fútbol. Después de tres intentos fallidos ayer conseguimos reunir a las personas suficientes y pudimos jugar durante una hora y media tres partidos de fútbol sala (media hora cada uno de ellos) en unas instalaciones deportivas que se encuentran justo al lado de la casa de la fundación.

(Después del partido)


Después de otra maravillosa experiencia de voluntario en Villa Elisa, solo me queda darles las gracias a todos los miembros del equipo, a los voluntarios y sobretodo a los niños por hacer que, una vez más, la experiencia haya sido inolvidable. Me lo he pasado genial, me he divertido muchísimo y sobretodo he aprendido un montón de cosas y es que siempre digo que, en realidad, somos nosotros los que aprendemos de los más pequeños. Nos recuerdan la felicidad y la alegría con la que viven su infancia y que no deberíamos perder nunca. También nos recuerdan que tenemos que valorar mucho más todo lo que tenemos porque ellos, con mucho menos, son infinitamente más felices que nosotros y te lo demuestran a diario. Ha sido un placer poder compartir y jugar con ellos todos estos días. No os preocupéis que os aseguro que el año que viene os tocará aguantarme algunas semanas más. Un beso enooooooooooooorme a todos! 

GRACIAS!
David.


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